En 2018 algunos diplomáticos estadounidenses en China cayeron enfermos con síntomas como dolores de cabeza, náuseas y pérdida de audición. Todo ocurrió después de escuchar «sonidos extraños» en sus departamentos.
Es una situación inquietantemente similar a lo que ocurrió en Cuba en 2016, cuando 24 diplomáticos (también de EEUU) se quejaron de sonidos extraños y síntomas casi idénticos. ¿Está el sonido realmente enfermando a estas personas? Tal vez.
La frecuencia es la clave
Sabemos que el sonido a alto volumen puede dañar la audición, interrumpir el sueño, provocar dolores de cabeza, inducir el estrés e incluso aumentar la presión arterial. Pero para causar problemas el sonido no tiene por qué ser potente, y ni siquiera tiene por qué ser audible.
Todo se reduce a la frecuencia del sonido. Los seres humanos pueden oír sonidos entre 20Hz (Hertz) y 20.000 Hz. Si la frecuencia del sonido es superior (ultrasonido) o inferior (infrasonido) a ese rango, no podemos oírlo.
Pero el sonido sigue haciendo vibrar el aire y el cuerpo humano, tanto si lo oímos como si no, por lo que puede afectarnos de muchas maneras.
Cómo afectan los ultrasonidos al cuerpo humano
El sonido ultrasónico, o ultrasonido, es cualquier sonido por encima del umbral de 20.000 Hz del oído humano. Los silbatos para perros, los dispositivos de control de plagas y las máquinas que hacen duplicados de llaves en Barcelona son ejemplos de objetos que emiten este tipo de sonido.
Entonces, ¿los ultrasonidos pueden enfermar? Hay indicios que sugieren que los ultrasonidos pueden calentar los tejidos al hacerlos vibrar rápidamente. Pero solo si el aparato que los emite se presiona contra una persona, por lo que no son muy eficaces a distancia.
El sonido disminuye rápidamente al atravesar el aire, el agua y otros materiales, por lo que es poco probable que penetre en el cuerpo y cause problemas.
Por lo tanto, lo que sea el sonido extraño que hizo enfermar a la gente en China y Cuba probablemente no sea el ultrasonido.
Cómo afectan los infrasonidos al cuerpo humano
El infrasonido, o sonido infrasónico, es completamente diferente. Estos sonidos se producen por debajo de los 20 Hz. En la naturaleza, los infrasonidos son causados por cosas como los terremotos, los rayos, las olas del mar e incluso algunos animales.
Pero los infrasonidos también pueden ser producidos por el hombre, y pueden tener efectos muy extraños en el cuerpo humano. Se sabe que provoca síntomas como dolores de cabeza, mareos, molestias, fatiga, acúfenos, palpitaciones y una sensación general de presión en el abdomen.
Tampoco es raro que la gente experimente náuseas cuando se expone a los infrasonidos, lo que resulta curioso si se tiene en cuenta que la palabra en inglés para «ruido» (noise) deriva de la misma raíz que nuestras «náuseas».
¿Por qué los infrasonidos nos hacen sentir enfermos?
El infrasonido tiene una gran longitud de onda, lo que le permite viajar más lejos y curvarse o penetrar más fácilmente en el cuerpo humano.
Estos sonidos crean un sistema de presión oscilante, que hace vibrar el líquido de los ojos, el gas de los pulmones y cualquier otra bolsa llena de líquido o gas del cuerpo, haciendo que el tejido alrededor de las bolsas se estire y se encoja.
No suena divertido, ¿verdad? Las películas de terror y las casas encantadas llevan años utilizando un tipo de infrasonido para hacer que el público se sienta inquieto, nervioso y asustado. Es lo que se conoce como “frecuencia del miedo”, los 17 Hz.
Así que es posible que el sonido te haga «enfermar», o al menos sentirte mal, siempre que estés expuesto a infrasonidos constantes a un volumen lo suficientemente alto.